La a.362 Feria Internacional de Arte se complace en presentar su quinta edición bajo la temática curatorial: “Magia, mística y celebración”.La ritualidad y la religiosidad han sido motores inmemoriales de la creación humana, transformando lo cotidiano en un acto trascendente. En este contexto, esta feria no es solo una exposición, sino un portal hacia la comprensión de cómo el arte contemporáneo dialoga con lo místico y lo ceremonial que subyace en la cultura global.
Antes de enterarme sobre la temática curatorial de la feria, venía pensando en el valor incalculable que tiene poder celebrar 3 días al año el arte e invitar a todos a empaparse de esa sinergia extrañamente sincera. Es como una experiencia física que te invita a una sensitiva.
No es novedad que el arte tenga su mística propia y característica y dicho esto me quiero remitir al historiador de las religiones y filósofo rumano Mircea Eliade, él se centró en la distinción entre lo sagrado y lo profano: El hombre entra en conocimiento de lo sagrado porque se manifiesta, porque se muestra como algo diferente por completo de lo profano. El arte de la feria a.362 toma objetos o prácticas profanas y las transforma en vehículos de sentido místico o sagrado, ofreciendo una experiencia de arte que es a la vez terrenal y trascendente.
En este acontecimiento donde cada obra actúa como un ritual de la mirada, desvelando las conexiones profundas entre la fe, el dogma, la superstición y la expresión artística. La feria se erige como un templo moderno para la celebración de la imaginación y la mística que persiste en la era digital, proponiendo una experiencia que es tanto estética como espiritualmente resonante.
Este espacio curatorial se ha erigido en un lugar donde todas las creencias, devociones y místicas, sean estas canónicas o populares, han podido convivir armónicamente, libres de prejuicio o jerarquía. Aquí, el arte ha funcionado como el mediador supremo, disolviendo las fronteras que dividen a las personas por sus credos. No se ha buscado validar una verdad única, sino celebrar la verdad radical de la experiencia humana ante lo inefable. No puedo evitar preguntarme: ¿Se eligió tematizar la magia o la magia los eligió para expresarse?
a.362 demuestra que es posible generar un diálogo profundo sobre nuestros mitos fundacionales sin recurrir al dogma, convirtiendo el espacio de la feria en un modelo utópico para la convivencia cultural: un lugar donde la magia reside en la mirada que incluye, y la celebración en el reconocimiento de la infinita variedad de altares que construimos en la vida. La invitación final es a llevar esa misma mirada inclusiva más allá de las paredes de la exposición. En fin, humilde reflexión de una pasante estudiante de Artes Combinadas, gracias por leer.
Autora: Sol Nazareth Vallejos, estudiante de Artes Combinadas de la FADyCC (Facultad de Artes, Diseño y Ciencias de la Cultura) y pasante en la a.362 Feria Internacional de Arte.